Sociedad anónima
de soledades

Vivimos con victorias insensatas donde la familia cobra servicios y condena a sus integrantes a la minória de edad, donde podemos abrazar, avasallar, descalificar y denigrar a las personas manifestando así nuestro enorme temor a las otras inteligencias.

  • cancelamos nuestros pensamientos y abdicamos a nuestra voluntad.
  • tenemos a poner en crisis nuestros valores.
  • entramos en estados depresivos que nos eximen del ímpetu y del compromiso.
  • creemos en libertades ficticias como el consumismo, el alcohol, la fiesta, las drogas, etc.
  • vivimos al día para no contemplar el futuro.
  • ponemos nuestra inteligencia al servicio de la cobardía.
  • nos aferramos a sistemas morales que no liberan nuestra curiosidad ni nos permiten el asombro y el cuestionamiento.
  • postergamos nuestros deseos y aspiraciones.
  • nos dejamos llevar por los mitos del otro, deslavando así nuestro proyecto de existencia.
  • vivimos con valores prestados.
  • nos dispensamos de pensar, decidir y de equivocarnos.
  • perdemos la conciencia de que el mundo es sagrado.
  • transmitimos valores por medio del ninguneo, la violencia solapada, la represión y la coacción por la necesidad y necedad del control.
  • morimos por conquistar al otro, ocupar sus espacios y moldearlos a nuestra imagen y semejanza.
  • nos vacunamos contra el sufrimiento propio y ajeno.
  • logramos una amnesia histórica emocional.
  • nos volvemos invisibles.
Por un compromiso ético y social con la vida

Asumamos la historia como asunto propio, pues es la única manera que tenemos de ser en nuestro tiempo y de vivir nuestro tiempo.

  • démosle importancia a lo que vivimos a lo que soñamos.
  • demos cuenta de nuestros descubrimientos con la palabra, en todo el sentido de la palabra.
  • reconozcamos y recordemos que nuestra vida es nuestro territorio. No nos desertemos.
  • atestigüemos con la pasión, la acción y el pensamiento para llegar a la muerte ¡con dulzura y sosiego.
Tengamos en cuenta que:

Si dudo me angustio
Si no dudo me “angosto”
Y por lo tanto inicia nuestra agonía.

Sobre la técnica.

Los cajones guardan secretos, indiscreciones, perdidas, opacidades, lugares grises y dolorosos.

Contienen objetos con historias cargadas de simbolismos y significados algunos frágiles, otros contundentes.

Hay cerámicas con técnicas de rakú y terra sigilata porque tienen que ver con lo básico, lo vital y lo mortal.

Son contenedores de imperfecciones, dudas y dificultades. Están inmersos en parafina y trabajados con luz para lograr transparencias, para entender y hacer visibles tiempos diferentes y para enfatizar presencias, ausencias y misterio.

– Dana Aerenlund Veliz.